Antes de nada, me encanta el ambiente de la ciudad histórica. El aire tiene aroma levemente a ladrillo de hace siglos.
Al llegar a una ciudad, siempre voy a buscar una plaza. Allí, la gente esta dando un paseo o charlando con los amigos, y en el centro, los niños están jugando…. Es como si fuera un salón o un patio de la casa. Cerca de la plaza hay un iglesia y suenan las campanas. Sobre de la torre, se puede encontrar el nido de la cigüeña. El tiempo pasa con toda tranquilidad.
En segundo lugar, me gusta la comida española. Los restaurantes tienen platos típicos de la provincia. Es interesante poder saber la especialidad de cada región. También, pienso que hay un sistema maravilloso en España: los bares, tiene tapas y pinchos. Por ejemplo, uno tiene mariscos, otro tiene solamente lomo de cerdo, si quiere tomar la costilla hay más tiendas. Por eso, durante la noche, mucha gente pasea por la calle.
En tercer lugar , soy aficionada a ver los monumentos históricos. Por ejemplo, la muralla, la puerta, el puente romano, el acueducto, la iglesia y la arquitectura árabe. En España, en muchos lugares, están muy bien conservados y me ayudan a imaginar la vida de cada época. Además, lo que me sorprendió es que muchos de ellos son todavía usados en el momento actual. Es realmente increíble que podamos usar un edificio más de 15 siglos.
Después de todo, lo que más me gusta de España es poder estar en un lugar histórico con los monumentos, imaginando la vida de aquel tiempo, tomando los pinchos con un vaso de vino en un bar que está cerca de la muralla. Algunas veces, me vuelvo a recordar qué es importante de nuestra vida actual